Con todo lo anterior en la cabeza ¿Para qué sirven las madres de Disney en sus historias? Y de acuerdo con esto ¿qué tipos de madre han construido las películas de Disney? Vamos a hablar de las categorías de madre disneyana.
1. Madre amorosa: cariñosa, dulce, mimosa, focalizada en el cuidado y en la educación del héroe/heroína. En realidad, todas las madres salvo una (y algunas que luego se redimen). Es la característica absoluta de las madres de Disney, y una de las características fundamentales del arquetipo de la madre. Todas las categorías restantes (menos una) se engloban en esta. No le vamos a dedicar un epígrafe propio, porque en todos los casos hablaremos de los rasgos de afecto.
- Elemental
- Wish: el poder de los deseos
- Red
- Luca
- Encanto
- Onward
- Bao
- Los increíbles 2
- Coco
- Buscando a Dory
- Vaiana
- Zootrópolis
- Del revés
- El viaje de Arlo
- Frozen
- Brave: indomable
- Enredados
- Tiana y el sapo
- Los increíbles
- Buscando a Nemo
- La Bella y la Bestia
- Pocahontas
- El planeta del tesoro
- Tarzán
- Mulán
- Hércules
- El jorobado de Notre Dame
- El rey león
- Los aristogatos
- 101 dálmatas
- La bella durmiente
- Peter Pan
- Bambi
- Dumbo
- Buscando a Nemo
- El jorobado de Notre Dame
- Bambi
- Dumbo
Como su nombre indica, la madre sacrificada se sacrifica por su hijo o hija. El papel narrativo de estas madres es doble. Por un lado, la muerte de la madre forma parte de la construcción arquetípica del héroe, que tiene que emprender un crecimiento difícil sin el apoyo material de una madre. Como dice el padre de Bambi al pequeño después de la muerte de su madre "Tienes que ser valiente y aprender a andar solito" (Bambi, 42:55) Por otra parte, el sacrificio de una madre genera un poderoso efecto patético que identifica inmediatamente al espectador con el héroe (especialmente si es un niño o niña, pero no sólo ¿a cuántos adultos y adultas se les han saltado las lágrimas en Dumbo o Bambi?), sobre todo si la madre se muere.
En el caso de Buscando a Nemo la muerte de la madre defendiendo la puesta de pececitos es el primer motor de la acción de la historia: como consecuencia, el padre de Nemo se queda con un miedo tan enorme a perder al pequeño que le queda, que además muestra una pequeña discapacidad, que lo sobreprotege y le impide crecer (Buscando a Nemo, 0:54-3:35, 5:55-6:10) . En el caso de El Jorobado de Notre Dame, el asesinato de la madre de Quasimodo a manos del juez Frollo no sólo obliga a éste a ocuparse del bebé, sino que sirve además para poner de manifiesto la maldad sin remisión del personaje (El Jorobado de Notre Dame, 2:31-5:35).
Las dos madres siguen el estereotipo físico femenino de Disney: la belleza de la gitana madre de Quasimodo, esbelta, ojos grandes, muy dulce, y la suavidad en el caso del pez madre de Nemo. Ésta, llamada Coral, es más pequeña que el padre, más redondeada, de formas más suaves, con rasgos menos marcados que el padre y de gestualidad más dulce. Las cejas (o lo que hace las veces de ceja) son más finas, y la mayor parte de las veces permanecen arqueadas. Además, Coral posee una voz cálida, de dicción más lenta y modulada que el padre, y se mueve con mayor cadencia.
La madre de Dumbo no se muere (afortunadamente, porque no le faltaba más que eso), pero es el personaje que junto con la de Bambi han sentado las bases del arquetipo no sólo de la "madre sacrificada", sino de "la madre" en el universo de Disney. La mayor parte de las características de ambas se han mantenido a lo largo de toda la historia de la compañía, aunque algunas de ellas hayan variado o hayan desaparecido. Por eso vamos a detenernos aquí un poco más.
Ambas madres ocupan mucho más tiempo de metraje. La madre de Bambi aparece en el minuto 5:11 y muere en el minuto 41:36 (de un total de 70 minutos), y la madre de Dumbo permanece durante toda la película. Ambas aparecen con mucha frecuencia, interaccionando con sus hijos y con otros personajes. Es decir, tienen mucha presencia en la película.
La madre de Bambi tiene un cuerpo esbelto, grácil, de líneas muy suaves. Se mueve con mucha elegancia y dulzura, calmadamente salvo en los momentos de peligro, cuando echa a correr y obliga a correr a su hijo (Bambi, 19:21-22:03; 39:38-41:36). Es muy hermosa, los ojos son muy grandes, con los iris muy dilatados y oscuros, con largas pestañas que mueve lentamente, el rostro afilado y de líneas muy suaves, sin rasgos marcados. Su expresión es muy tierna, salvo en los momentos de peligro, y la voz es muy melodiosa, suave. Habla con mucha corrección y cortesía, y muy cariñosamente.
En cuanto a la relación con su hijo y a su construcción como madre, los tres rasgos esenciales son el amor, el cuidado (en todos los ámbitos: le alimenta, le da calor, le enseña los aspectos prácticos de la vida y cómo debe comportarse, etc.), el acompañamiento constante y la protección.
El resto de la película es bien conocido: apoyado por otros marginados como él, Dumbo se da cuenta de que su pretendida discapacidad, sus enormes orejas, en realidad le permiten la maravillosa capacidad de volar. Y será esa capacidad la que le convertirá en todo un éxito, famoso y adorado, y le permitirá comprar un vagón super-lujoso en el que vivirán él y su madre muy juntos en perfecta felicidad.
¿Cómo es la madre de Dumbo?
Físicamente, evidentemente, es una elefanta, con lo que tiene las características de un elefante. Cuando está en actitud neutra, mantiene la cabeza un poco baja y mira desde abajo, lo que acentúa su carácter humilde y sumiso. Va vestida con un amanta que le cubre los hombros y el pecho, y lleva un gorrito con volantes, muy infantil. Manta y gorrito son azul y rosa pastel. La expresión del rostro es sobre todo dulce, acogedora, un poco infantil. Tiene unos ojos muy grandes, un poco inclinados hacia abajo, azules, con grandes pestañas que mueve lentamente. Tiene una voz extremadamente dulce (un poco empalagosa), de pronunciación lenta y muy precisa. Su expresión tierna y sus movimientos lentos y pausados se ven acentuados por contraste con las otras elefantas, más bruscas, más grandes, de rasgos más marcados y expresiones agrias, de voces chillonas y desacompasadas.
Cuando éstas se ríen de Dumbo, su madre no reacciona violentamente, sino que se aparta y consuela con amor a su hijo. Sólo reacciona violentamente ante el acoso físico: defiende a su hijo y a ella misma cuando la atan y la encierran, apartándola del pequeño. En ese momento sus movimientos son violentos, desordenados, y su rostro muestra la rabia y la desesperación.
En su encierro, vuelve la dulzura y sobre todo la tristeza. Cuando llora, grandes lagrimones se deslizan lentamente de sus ojos, y caen por su rostro, reforzando la sensación de desánimo y desconsuelo al verse lejos de su hijo desprotegido.
Todo se vuelve alegría al final: sonrisas, trompa en alto, felicidad.
El lenguaje cinematográfico refuerza la imagen: cuando están juntos madre e hijo, el ritmo es lento, pausado; los planos largos, tranquilos, centrados; la música es suave, armoniosa, dulce. Pero en la escena en la que ella pelea, el ritmo se acelera, los planos se suceden rápidamente y los encuadres son violentos, diagonales, picados y contrapicados, y la música es disonante y tensa.
¿Cuál es el papel de la madre de Dumbo en la narración? La madre de Dumbo es la gran motivación para que el elefantito se enfrente a sus miedos. De hecho, lo primero que hace cuando triunfa es sacarla de su vagón-cárcel y ponerle un vagón lujoso y moderno. La sra. Jumbo genera numerosas emociones que atan el espectador a la historia y a sus protagonistas: pena que se multiplica en la escena de la canción, indignación frente a las burlas que sufre el pequeño, rabia justiciera ante la injusticia de que encierren a una madre por proteger a su hijo y alegría frente a la vindicación final de la madre.
No es de extrañar que todas las madres de Disney sean herederas de la madre de Bambi y la madre de Dumbo, que son un poco las "madres fundadoras".
2. Madre peleona: derivada directamente de la sra. Jumbo, una madre se pone así cuando tiene que defender físicamente al héroe o a la heroína con todas sus fuerzas, adoptando roles más habitualmente asociados al mundo masculino o paterno.
- Onward
- Red
- Brave
- Los Increíbles 1 y especialmente, la 2
- 101 Dálmatas
- Los Aristogatos
La madre de Mei Mei en Red comparte con la reina Elinor el obligar a su hija a ser lo que no quiere ser, por su propio bien Red, 0: 57-1:10; 4:42-6:59). En realidad, Ming Li no defiende a su hija de un mal externo, sino de un mal interno, el mismo que ella posee. La película incide mucho en el aspecto rígido de la madre, en su obsesión por que su hija llegue a la excelencia con una educación muy estricta, contra la que su hija se rebela para "ser como las demás adolescentes". Hasta aquí, un conflicto que Disney tratará muchas veces. Pero la novedad es que la madre es peor que la hija, como se ve en la escena en la que se transforma en el panda monstruoso llevada por la ira (Red, 1:11.01-1.11.08) El valor de Ming Li no reside en que defienda a su hija de un villano, que en esta película no existe. El villano de Red son ellas mismas, que se desactiva cuando lo aceptas como propio y disfrutas de las ventajas que puede darte. Y ese viaje interior lo hace la heroína acompañada por su madre, no sólo porque su madre la anima y la apoya, sino porque acaba teniendo el valor de pasar por lo mismo.
La madre de Red responde también a un estereotipo materno que generó una polémica mundial en 2011, cuando la escritora sinoestadounidense Amy Chua publicó Battle Hymn of the Tiger Mother (en español, Madre tigre, hijos leones), un libro que defendía el valor de una educación enormemente rígida, basada en el modelo de la educación tradicional china, para que los hijos, y sobre todo las hijas, alcanzaran la excelencia. Ming Li es una madre tigre punto por punto, y la educación que recibe su hija reproduce punto por punto lo que afirma este libro. El juicio de la película, implícito, es que ese modelo educativo quizá no sea lo mejor.
¿Cómo son estas madres?
Más variadas. Los aspectos cariñosos son los mismos, aunque las de Brave y Red no dudan en ser muy severas y criticonas con sus hijas, desagradables y ásperas si hace falta. El amor se impone, siempre, pero rozan la terribilidad.
Físicamente no se parecen mucho, y son más cercanas a la realidad que el típico físico Disney, especialmente la madre de Onward: regordeta, bajita, con gafas y pelo corto, vestida con un jersey y unos pantalones que no muestran elementos hiper-feminizadores, como sí hace el vestido de la reina Elinor, que marca sus curvas. La de Brave y la de Red no muestran rasgos de edad, son esbeltas, bien cuidadas, sin un pelo fuera de sitio, elegantes, educadas, saben estar en todo momento, serenas, guardan la compostura, etc.
Al menos hasta que se transforman. En ambos casos esa transformación es radical: una en osa y la otra en panda rojo gigante, lo que hace más llevadera para el espectador que las madres de las heroínas pierdan el control de esa manera. Pero en el caso de la madre de Mei Mei ese cambio se produce antes de la transformación: en este momento, la rectitud y la elegancia que Ming había representado durante toda la película se vienen abajo para dar paso a una mujer iracunda guiada por el afán de controlar a su hija y de impedir que ella se aleje de su lado: se despeina, se le contraen las pupilas y su cara adopta un aspecto terrible y feroz (Red, 1.11.01-1.11.08).
Frente a otras madres Disney, estas madres tienen unos movimientos más decididos, más vivos y nerviosos, y en el caso de la madre de Onward, hasta torpes. Sus movimientos y encuadres de cámara, sus planos y su ritmo son centrados, calmados, horizontales hasta que se produce el enfrentamiento, que se resuelve en un ritmo frenético, picados y contrapicados que se suceden en planos cortos, música desacompasada, y tensa, etc.
3. Madre ausente: madre que existe, o existía, porque tiene que existir pero que no tiene trascendencia en la narración o en la construcción del héroe. A veces se ausenta porque se muere pero el relato no se detiene mucho en esa muerte. Cuando aparecen lo hacen en la introducción y en la conclusión, y nada más.
- Wish, el poder de los deseos
- Encanto
- Coco
- Buscando a Dory
- El viaje de Arlo.
- La madre biológica de Rapunzel en Enredados
- Frozen
- El rey león
- Hércules (Hera)
- Tarzán
- El planeta del tesoro
- La Bella y la Bestia
- Pocahontas
- Peter Pan
- La bella durmiente
Las madres ausentes son eso mismo, ausentes o casi. Han parido al héroe o a la heroína y forman parte de su contexto vital, pero su intervención, si tiene lugar, se limita al principio y al final de la historia. Si tienen algún papel, es mínimo.
A veces las madres ausentes se han muerto y nada más. Las de Pocahontas y la Bella y la Bestia se mueren en un pasado remoto. Otras veces, su muerte tiene algún peso en la trama. La madre de Tarzán muere al principio de la película (Tarzán, 3:58) y Tarzán no encuentra sus restos hasta que ya es adulto y es entonces cuando el héroe toma conciencia de su diferencia, y la acepta (Tarzán, 1:03:52-1:04:57). De la misma manera, la pérdida de la madre en Frozen alimenta el sentimiento de soledad y aislamiento de la protagonista y acrecienta el conflicto inicial de la trama (Frozen, 10:10-11:28).
Cuando están presentes, las madres ausentes aparecen casi solamente en la introducción del relato y en el final. A veces sólo forman parte del contexto del héroe. Así, la madre del pequeño dinosaurio Arlo se limita a quererle y cuidarle mucho (El viaje de Arlo, 3:32-12:20), la Hera de Hércules tiene una aparición meramente decorativa (Hércules, 3:13-5:05; 11:15-11:33; 13:40-13:51), y la madre de Wendy y los pequeños en Peter Pan está muy guapa, adecenta dulcemente el traje de su marido, consuela a su hija mayor y deja a los niños al cuidado de una perra que hace de niñera (Peter Pan, 3.27). Podemos notar también que Wendy adopta el papel de madre de Peter Pan y de los niños perdidos en la película. La madre de Simba pare al heredero, acepta con resignación la viudez, la pérdida de su hijo y el dominio del malvado Scar, y celebra la victoria y el regreso del príncipe. Nada más. En las películas Coco y Encanto, las madres no tienen ninguna relevancia, aparte de remachar la insistencia de las abuelas en que ambos protagonistas se plieguen y cumplan con las expectativas de la familia.
Otras veces, aún sin estar durante la mayor parte de la narración, la madre ausente ejerce una función un poco más significativa en el desarrollo narrativo. La madre de La Bella Durmiente intenta proteger a su bebé de la maldición de Maléfica, acentuando la maldad de la villana al contrastarla con el amor de una madre (La Bella Durmiente, 8:31-9:31). La madre del protagonista de El Planeta del Tesoro le cría, se preocupa por él y acaba respondiendo al tópico de la madre temerosa, reticente a la partida del héroe pero que le acaba dejando marchar porque le quiere y confía en él: el héroe se ve en la obligación de actuar correctamente porque tiene que cumplir con las expectativas de su madre (El planeta del Tesoro, 1:28-3:19; 4:57-8:49; 12:11- 15:34). La Dory adulta saldrá en busca de su madre perdida porque tiene un recuerdo de ella (Buscando a Dory, 55-2:33). En el caso de Enredados, lo que le ocurre a la madre da comienzo a la historia: se pone enferma durante el embarazo y lo único que la salva es una flor milagrosa que traspasa su cualidad curativa a la melena de la niña que va a nacer. Además, la dulzura de la "madre verdadera" pondrá de manifiesto que la villana, supuesta madre de Rapunzel, no lo es y no puede serlo. (Enredados, 1:43-3:22). La madre de Wish la consuela, la protege del villano (Wish, 54:58), pero su papel se limita a ser para la protagonista algo que proteger y motivación para luchar.
Cuando estas madres ausentes, pero vivas, aparecen al final de la película, siempre ocurre lo mismo: reciben con amor, alegría y orgullo al héroe o a la heroína que llega de su viaje iniciático habiendo conseguido la victoria. Y ahí acaba su papel.
A pesar de que no tienen un peso grande en la narración, todas estas madres manifiestan amor por sus hijos e hijas de una manera evidente y natural: las madres quieren, protegen y cuidan a sus hijos porque así debe ser. O esto se sobreentiende en el caso de las que han muerto. Todas se parecen a sus hijos o hijas. Las humanas tienen un físico similar, con la belleza estereotipada de las mujeres Disney: ojos grandes y grandes pestañas, rasgos regulares, delgadas sin voluptuosidad, sin rasgos que acentúen la edad. Las no humanas (leona, pez y dinosaurio hembra) tienen las mismas características: más pequeñas que los padres, de líneas suaves y sinuosas, y con rasgos faciales menos marcados. La única que no es delgada y elegante es la madre de Mulán, regordeta y un poco más mayor que las demás, probablemente porque construye una madre más "antigua", más "tradicional". En general, poca definición y ninguna diferencia también en signos de carácter: todas son dulces, de movimientos pausados, elegantes, tranquilos, con expresiones poco acusadas, afectuosas siempre. Sus voces son melodiosas, en los tonos medios, armónicas. Llevan aparejadas músicas tranquilas, evocadoras, siempre armónicas, en las que abundan instrumentos melódicos como el piano, el violín o la flauta.
- Elemental
- Luca
- Vaiana
- Zootrópolis
- Del revés
- Hércules, (Alcmena)
- Mulán
- Tiana y el sapo
Algunas de estas madres sostienen incondicionalmente al héroe o a la heroína para que "persigan sus sueños" (una de las ideas recurrentes en el universo Disney). Entre estas madres contamos a la madre coneja de Zootrópolis, la madre adoptiva de Hércules, la madre de Tiana y el sapo y la madre de Vaiana. La Alcmena de Hércules le insta a que se marche para encontrar "su verdadero yo" y cumplir su destino (Hércules, 20:11-20:27). La coneja de Zootrópolis y la madre de Tiana no comprenden a sus hijas, les sienten ajenos, les advierten de los peligros, y les instan a que acepten "la realidad" y no intenten lo que no pueden conseguir (Zootrópolis 3.13-4.13; 8:10.Tiana y el sapo, 12:25-16:00). La madre de Vaiana también lo hace porque tiene mucho miedo de que su hija se marche, declarando que su sueño "es imposible", pero al final acaba ayudándola a hacer la bolsa (Vaiana, 7:34-11:55; 15:13-16:06; 30:49-31:02) Pero estas madres tienen tal amor por sus hijas y tal confianza en ellas que aún así las apoyarán cueste lo que cueste, y si no triunfan en sus empeños, las acogerán de nuevo sin cuestionar nada. El apoyo de estas madres constituye uno de los principales motores de los protagonistas: deben triunfar porque deben honrar la fe que sus madres han depositado en ellos.
En esta categoría estaría también la madre de Del Revés, pero su posición resulta más matizada. La madre de Riley no acaba de comprender a su hija, pero intenta hacerlo. Su apoyo pasa por escucharla, entenderla y hacerle la vida más fácil. Es decir, esta madre acompaña a su hija en su viaje, aunque al final la heroína estará sola para afrontar el mayor desafío (en este caso, cuando se escapa de casa) (Del Revés, 9:09-11:00, 56:22 y 1:14:19)
En otros casos ocurre lo contrario: para triunfar y desarrollar todo su potencial, el héroe o la heroína deben incumplir las expectativas de sus madres. Sus madres siempre les valoran, y les quieren, pero les obligan a hacer y a ser algo que ellos no quieren ni ser ni hacer. Por eso deben romper activamente el vínculo con ellas, aunque ruptura es temporal, porque todos se quieren mucho y al final las madres de Elemental, Luca o Mulán ceden y celebran el triunfo contra todos sus pronósticos de sus hijos e hijas. Así, Mulán huye para no hacer un buen matrimonio y así dar a su familia "el nombre y la honra" que según le canta su madre es lo que tiene que hacer (Mulán, 5:16-8:11). El tema del "matrimonio correcto" aparece también en Elemental (10:22, 1:00:50). La madre de Luca frena al héroe porque tiene miedo , hasta tal punto que el enfado de la madre será el desencadenante de la partida del héroe (Luca, 6:33, 23:39).
Para aconsejar y obligar a sus hijos e hijas a quedarse donde están, las madres de Vaiana, Mulán, Candela y Luca recurren a un argumento muy presente también en la filmografía de Disney: el respeto a la tradición, a los valores familiares. Hacer algo diferente de lo que se ha hecho siempre no sólo es peligroso para ellos, sino también para la familia.
¿Cómo son estas madres? Físicamente hay más variedad: animales, personas, una llama, una persona que se convierte en monstruo marino. Todas se parecen a sus hijos e hijas, repitiendo su misma apariencia pero con más edad. En cuanto a las personas, respecto a películas más antiguas estas madres responden a estereotipos más variados y más cercanos a la realidad del físico femenino: esbeltas pero atléticas, como la madre de Vaiana, o de formas rotundas como la madre de Luca, o mostrando la edad como la madre de Mulán, la de Tiana o la Alcmena de Hércules. La llama de Elemental también muestra su edad, y la coneja de Zootrópolis es tan redondeada y "mona" como su hija.
En cuanto a gestos y actitudes, salvo las madres de Elemental y de Luca, más bruscas, rudas y de enfado fácil, el resto son dulces, tranquilas, de modales pausados. Las voces siguen este mismo patrón. En general, aquí pasa lo mismo que con el físico: los caracteres anímicos de estas madres, más modernas, se acercan más a la realidad y tienen cadencias más reconocibles.
En cuanto al carácter, el común denominador de todas ellas es el amor profundo que manifiestan por sus hijos e hijas, incluso cuando hay enfrentamiento. Les quieren, les cuidan, les protegen. Cuando les ponen obstáculos y les intentan disuadir de lo que quieren hacer, siempre es por protegerlos. Siempre les animan, les recalcan su valía. Jamás son hirientes, manipuladoras o despreciativas.
5. Madre terrible: las características de la madre terrible (Javier Parra, 2020), es decir, manipuladora, controladora, fría, falta de amor, egoísta.
- La madre Gothel en Enredados.
¿Cómo es la madre Gothel?
Es hermosa y joven, delgada, ágil... Pero es una belleza dura: angulosa, de rasgos marcados, con pómulos y mandíbula afilados. Ojos grandes, pero de párpados pesados y a medio abrir, y de ese verde amarillento que en Disney se asocia a los villanos desde los primeros clásicos. La boca es fina, la nariz larga y afilada, y es morena frente al rubio dorado de la cabellera de su supuesta hija. La expresión de la cara es muy cambiante, con gestos muy marcados, mucho movimiento de cejas, de comisuras de la boca hacia abajo, fruncimiento de ceño, entornamiento de los ojos, gestos de desprecio... Los movimientos son igualmente ásperos: ágil, pero nerviosa, rígida, tendiendo a encorvarse para dar idea de astucia, de movimientos furtivos, huidizos. La voz quiere ser dulce, pero resulta impostada, chillona, un poco venenosa. Cuando se revela la verdadera naturaleza malvada del personaje, la voz se vuelve más grave, más dura. Todo el físico refuerza la idea de falsedad, de mentira.
Lo que dice, la forma de decirlo, la actitud hacia su supuesta hija refuerza esta misma idea: es mala, y nada más.
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